AUTOR: Lic. Laura A. Lozano
El mundo está cambiando constantemente y esto implica que
las organizaciones también lo hagan, de lo contrario perderán sus clientes y
por consiguiente desaparecerán del mercado. Entonces las organizaciones deberán involucrarse
en un proyecto destinado a implantar la
norma ISO 9001:2000, habitualmente comprenden obtener una ventaja competitiva,
diferenciarse de la competencia, demostrar su preocupación por la calidad,
iniciar un proyecto dirigido hacia la Calidad Total, o simplemente cumplir con
la exigencia de sus clientes. Los
beneficios de implantar adecuadamente un Sistema de Gestión de la Calidad (SGC)
muchas veces permanecen subyacentes, subordinados a la necesidad de concretar,
en el menor tiempo posible, los propósitos planteados.
En la actualidad cada vez más es necesario certificar
las compañías en ISO 9000, con el objetivo de demostrar que el sistema de
gestión de calidad manejado es óptimo y que afecta
positivamente los servicios y bienes producidos de manera que el cliente
interno y externo puede satisfacer sus necesidades, adicionalmente que estos
estén producidos con base en el cumplimiento de la normatividad exigida.
Esta certificación de una u otra manera representa una
distinción entre las compañías que pueden avanzar hacia mercados
internacionales y competitivos y las que quedaran rezagadas en el mercado
nacional con poca participación en el mercado, ya que sin duda alguna, a la
hora de tomar un servicio o adquirir un producto para el consumidor final
genera valor agregado que la compañía este certificada.